Las frases icónicas del maestro José Agustín Ramírez Gómez quedarán en el ideario cultural para siempre. Las letras del acapulqueño, como exaltó en un mensaje que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador, son un referente al que jamás alcanzará el tiempo y serán compañía eterna “para los jóvenes”.

A poco más de un mes de su partida, el 16 de enero de 2024, José Agustín recibió de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, la bienvenida al máximo recinto cultural del país, el Palacio de Bellas Artes, y aunque Alberto Blanco aseguró que el maestro “se habría reído” si supiera de este tributo, era casi una obligación.

Un adiós irreverente

En la despedida al considerado Gurú de la Contracultura mexicana no pudo ser diferente y los momentos solemnes dieron paso a la irreverencia, al ambiente contestatario y rebelde que caracterizó al literato de la Onda. Su llegada al mayor recinto de las artes fue con la clásica “Por los caminos del sur”.

La urna fue colocada con todo amor y respeto al centro del lugar por su esposa Margarita Bermúdez, al amparo de los mármoles mexicanos y a los pies de las obras de otros grandes artistas, como Diego Rivera. Acompañaron a las cenizas y a su compañera de vida, Poniatowska y Frausto.

Entonces uno a uno se sucedieron los discursos. Elenita comparó a Ramírez Gómez con José Revueltas, al exaltar que ambos recorrieron el tortuoso camino que los llevó del Palacio Negro de Lecumberri, a la prístina blancura del Palacio de Bellas Artes.

El llamado de familiares y amigos fue mantener vivió el mensaje contestatario del autor, a través de su obra. Elsa Cross recordó cuando lo visitó en lo que llamó el Lecumberri Hilton. Mientras que de tal palo… José Agustín Ramírez Bermúdez bromeó con la posibilidad de que su papá se apareciera, “al menos en espíritu”.

José Agustín siguió con la irreverencia hasta el punto de comparar el tributo con La Guerra de las Galaxias. Jesús quiso compartir que su papá murió clínicamente, pero “regresó a ellos” pocos segundos después; mientras que Andrés pidió a todos trabajar por un México “donde la palabrería no sea tan hiriente”.

Entre teatro y música rock

Una vez que terminaron los mensajes de amor y recuerdo para el maestro, férreo creyente del I Ching, llegó la hora de la primera guardia de honor, que estuvo a cargo de la viuda de Ramírez Gómez, sus hijos, su amiga muy cercana Poniatowska y en representación del gobierno, Alejandra.

Al “joven eterno”, quien murió en Morelos, se le dio el último adiós con la dramatización de Los Motivos del Lobo, de Rubén Darío, por parte de la Compañía Nacional de Teatro y para cerrar el tributo el vestíbulo se llenó de notas rock de José Manuel Aguilera y La Barranca.

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