Para todo mal, mezcalito, para todo bien también


La fiebre por el mezcal no es solo una moda, su fama tampoco fue ganada de forma gratuita. Esta bebida que comenzó siendo popular entre las clases bajas y ha ascendido en valía hasta ser conocida como “el elíxir de los dioses” es 100% mexicana y la historia que tiene detrás respalda su sabor y la razón de por qué es tan cotizada dentro y fuera del país.

El mezcal se origina a partir de la destilación del corazón del agave o maguey; dependiendo el tipo de planta que se utiliza para su producción, del proceso de elaboración y del tiempo de añejamiento, surgen los diferentes tipos: joven, reposado, añejo o maduración en vidrio; los hay de gusano, con frutas, el de pechuga; hechos de forma ancestral o artesanal… No hay uno mejor que otro, si son 100% agave, más bien hay para todo tipo de gustos.

Una segunda clasificación está en el proceso de producción, por eso encontrarás minero (tradicional, sin ningún tipo de maquinaria eléctrica), pechuga (se agrega un toque ahumado con carne de pavo, pollo o conejo) y abocado (se suaviza con semillas, flores y gusanos de maguey).

¿Cómo consumir un mezcal para sacarle más provecho?

Así como una cerveza sabe mejor en un tarro frío o un buen vino en una copa, el mezcal es importante beberlo en cajetes o mezcaleros de barro, que conservan ese sabor que conjuga lo terrenal con lo espiritual.

Ni el vidrio ni el plástico hacen justicia a las notas que desprende el destilado. Si se viaja por Oaxaca, es común encontrar mezcaleros de barro, los hay de todos tamaños, formas, colores y decoraciones.Recientemente, la marca 400 Conejos, famosa por su mezcal 100% agave extraído de tierras oaxaqueñas, presentó unos mezcaleros de barro en forma de conejito que fueron pintados por artesanos de San Martín Tiljacate, Oaxaca.

El Colectivo Dimetria se encargó del diseño digital de estos mezcaleros, que así como este mezcal que se produce de forma artesanal, fueron elaborados uno a uno en el taller de Olivia Cerámica; cada uno tuvo una cocción cuidada y fueron construidos de manera artesanal pieza por pieza. Finalmente, fueron pintados a mano con la simbología de la comunidad de los artesanos de Tuux Mexikoo haciendo referencia a la Leyenda de los 400 Conejos en cada diseño.

Hacer una sola pieza tomó dos semanas de trabajo y se sabe que se realizaron cerca de unas 2,000 piezas en total. Todas fueron horneadas a una temperatura mayor de 1000 °C y el resultado es un juego de cuatro mezcaleros que además de ser ideales para disfrutar al máximo el sabor del mezcal, son un bello adorno, una obra de arte digna de contener ese elíxir de los dioses y de presumirse al mundo.

CONTENIDO HECHO EN COLABORACIÓN CON 400 CONEJOS



http://www.chilango.com/comida/para-todo-mal-mezcalito-para-todo-bien-tambien/