En México la muerte da vida a trabajos como el de las plañideras, mujeres que se dedican a llorar en los funerales de los difuntos.

Este oficio tiene cientos de años de tradición y en algunas zonas del país sigue siendo parte importante de los rituales funerarios.

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Una de esas comunidades es San Juan del Río, en Querétaro.

Durante el Festival de Tradiciones de Vida y Muerte en Xcaret, donde Querétaro es estado invitado, se hicieron presentes mujeres que dan vida al arte de llorar en los funerales.

Plañideras de Querétaro en Xcaret

“Se fue mi amor, se fue”, “No puedo creerlo”, “Gracias por acompañarme en mi dolor” y otros lamentos sonaron entre las tumbas del Cementerio Mexicano de Parque Xcaret.

Tal como lo hacen en funerales de desconocidos, las plañideras lloraron frente a las lápidas del panteón con el que se busca mostrar a los visitantes las tradiciones de Día de Muertos.

Si bien este oficio está presente en muchas culturas, tiene un particular arraigo en México desde épocas prehispánicas. Se pensaba que el llanto de los seres queridos acompañaba a los muertos al Mictlán.

Con el paso de los siglos permaneció la creencia de que, mientras más mujeres lloraran en los funerales, más estimada había sido una persona en vida. Así, la presencia de estas mujeres en los velorios o entierros pasó a formar parte de la construcción de la memoria acerca del difunto. El llanto era sinónimo de que el finado había sido una buena persona.

Por lo anterior, fueron las familias de clase alta las que comenzaron a contratar plañideras. Sin embargo, esta tradición no se limitaba a las personas con alto poder adquisitivo. También se contrataban plañideras para los funerales de aquellas personas que no tenían familiares que les lloraran.

Realizan concurso anual en Querétaro

San Juan del Río, en Querétaro, es sin duda el lugar de México donde permanece más arraigada la tradición de las plañideras.

Para mantener viva esta costumbre, cada año se realiza un concurso de plañideras en el que mujeres con este oficio lloran frente a jueces que eligen a la ganadora por su mejor llanto. El concurso se realiza cada año en las fechas en torno a Día de Muertos y tiene dos etapas. En la primera, las participantes deben llorar a un personaje famoso que ellas elijan, mientras que en la segunda se les asigna al azar un personaje a quien deben dedicar sus lamentos.

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