Fernando Robleño se cita con la Monumental: “Nací para ser torero”


Fernando Robleño (Madrid, 1979) afronta con ilusión su debut en la Plaza Monumental de Aguascalientes en el marco de la Feria Nacional de San Marcos, la que ha descrito el matador como la verbena más importante de Latinoamérica.

«Después de tantos años, es una suerte y una fortuna debutar en una feria de tanta categoría como es la de Aguascalientes, estar en México y conocer la pasión con la que se vive el toreo acá», confiesa el matador al término de una clase práctica con los alumnos de la Academia Taurina.

El diestro madrileño encabeza la corrida del sábado 22 de abril, junto a Arturo Macías ‘El Cejas’ y Juan Pablo Sánchez, con toros de Fernando de la Mora. En el horizonte se hallan tres fechas en la mítica plaza ‘Las Ventas’ (2, 14 y 28 de mayo), donde ha salido tres veces por la Puerta Grande.

A 72 horas de su estreno en la entidad acalitana, Fernando Robleño nos dedica unos minutos de su tiempo para compartirnos sus sensaciones.

¿Qué pueden esperar de Fernando Robleño el público que se presente en la Monumental?

En el momento en el que un toro me ayuda un poco y me entregue con él, se van a sorprender. Considero que cuando me vacío y me entrego toreando, siento que gusta y sorprende. Lo que deseo es que Dios me ayude un poquito y sea una tarde bonita. Ya el lunes que me vaya para mi casa, a Madrid, me llevaré grandes amigos y momentos maravillosos, pero sí me gustaría también llevarme el recuerdo de haber disfrutado toreando un toro en la Monumental de Aguascalientes.

Decías que te encuentras en un gran momento personal y profesional, pero que todavía hay un techo por alcanzar. ¿Por dónde pasa ese crecimiento y margen de mejora?

Creo que los toreros, al final, se retiran y siguen pensando que todavía les quedan cosas por aprender, avanzar y mejorar, eso es lo hermoso de esta profesión. Todos los días se aprende algo nuevo, yo me acerco cada vez más al torero que quiero ser, pero todavía quiero ser mejor. Tengo objetivos más lejanos y deseo cumplirlos. Eso es lo que me mantiene en pie día tras día, después de tanto tiempo, sufrimiento, zancadillas, corridas duras y días de sinsabores. Sigo vivo en esta profesión con la ilusión de ser cada día mejor.

Remontémonos décadas atrás. ¿Qué te motivó a ser torero?

Realmente no sabría contestar. No tengo antecedentes taurinos, mi padre solamente es aficionado, pero desde pequeño tuve una vocación  muy profunda y eso es lo que me ha llevado a superarme, a entregarme y a vivir el toreo con la pasión que hay que vivirlo. Yo creo que nací para ser torero. Todas las personas tenemos un don para algo y es importante saber el que tiene cada persona.

¿Cómo lo vivió tu madre y tu padre? Ha de ser una situación difícil.

Sí, muy difícil, porque como he dicho antes, no hay antecedentes en la familia. En todo momento les tengo que estar agradecido porque me ayudaron desde muy niño, dieron todo por mí, al igual que mi hermano. La verdad es que lo han llevado con mucho sufrimiento, más mi madre lógicamente, pero también sé que se sienten orgullosos de lo que he hecho y de lo que he conseguido.

Ahora tienes una esposa y dos hijos. ¿Cómo es ese respaldo familiar y cómo cambió tu perspectiva o tu manera de afrontar el toreo al momento de entrar a la paternidad?

El ambiente familiar es muy importante. El estado personal de cada torero es fundamental porque el estar tranquilo, sin problemas, te permite ver las cosas de otra manera.

Mi mujer me conoció cuando ya era torero, y le estoy muy agradecido por ello. Creo que ella es la persona que mejor me conoce, incluso más que mi madre, porque hemos estado juntos durante 17 años y me apoya mucho anímicamente, lo cual siempre le agradezco. Es un pilar fundamental en mi vida.

La paternidad es un gran cambio en la vida de cualquier persona. Cuando uno se convierte en padre, todo cambia y se siente mucho orgullo e ilusión. Mis hijos no quieren ser toreros, pero respetan mi profesión, les gusta y se van dando cuenta de lo que hago a pesar de que todavía son pequeños: mi hijo mayor, Alberto, tiene 11 años y el pequeño, Gabriel, tiene 8, pero van sabiendo lo que es su padre y sobre todo a lo que se dedica.

Y bueno, para mí es al revés, me ayudan, me apoyan, me dan ánimos para seguir adelante para que se sientan orgullosos de su padre.

¿Cómo lidias con el miedo y la ansiedad antes de una corrida? Has dicho que entre más mayor te haces, mayor es la angustia.

Sí, así es: cuanto más experiencia tienes es peor, el miedo es más grande porque te han sucedido tantas cosas, que sabes que una tarde de toros puede tirar por muchos derroteros, ya sea por el triunfo o por el fracaso, hay que tener la mente preparada para que, cuando se triunfa, mantener la tranquilidad y permanecer igual, pero si se fracasa, pensar que esta profesión es así.

Todo eso conlleva a que cada vez que uno tiene que torear, sean mayores los nervios y el miedo por la inquietud por saber qué es lo que pasará.

Has labrado una carrera a base de lidiar con las ganaderías más duras: José Escolar, Victorino, Baltasar Ibán, entre otras. Esto, has mencionado, implica una serie de retos físicos y mentales durísimos. ¿Fue decisión propia elegir este camino o fue algo llevado por las circunstancias?

No fue elegido, fueron las circunstancias las que me llevaron a lidiar este tipo de corridas y la verdad es que sí, requieren un esfuerzo psicológico, mental, físico, muy grande, porque son toros muy exigentes y su trapío es muy serio. Me tocó vivir este camino y es el que había. Estoy orgulloso de muchos momentos en los que eché pa’ delante, en los que saqué la cabeza, y aunque me hubiera gustado que mi carrera hubiese sido de otra manera, al final ahí está lo hecho y me siento muy orgulloso de eso.

¿De qué es de lo que te sientes más orgulloso? Has salido en hombros por las plazas más especiales de España, pero has comentado que no tiene precio la admiración del aficionado tiene hacia ti.

Es eso. Para mí, lo más bonito en este momento de mi carrera es el respeto y la admiración de los aficionados, de mis propios compañeros [de profesión] que es algo muy difícil pero muy bonito, y también de la gran mayoría de la prensa taurina. Eso es lo más bonito que puede tener un torero, un artista. El respeto.

¿Qué filosofía rige tu vida?

La entrega, la pasión, el sacrificio, al verdad, la honestidad, la sencillez. Son muchas cosas las que intento llevar. Lógicamente, en la vida todos cometemos errores y uno aprende a base de zancadillas y de los fracasos, pero lo que intento es ser una persona sencilla y sobre todo muy entregada y apasionada.



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