Hoy el barrio de la Doctores amaneció con una niña estelar acompañada de la frase “Rabia y Ternura”. Se trata de una obra realizada por Alina Kiliwa y Cristina Maya, lumbreras del arte urbano.
Nosotras llevamos un pañuelo morado como insignia en el 8M y la CDMX, arte urbano hecho por morras.
En unas horas se entonarán consignas feministas y todo el año quedarán murales para recordarlas, como prueba constante y casi ineludible de que la lucha continúa.
Hoy el barrio de la Doctores amaneció con una niña estelar acompañada de la frase “Rabia y Ternura”. Se trata de una obra realizada por Alina Kiliwa y Cristina Maya, lumbreras del arte urbano femenino.
Su trabajo busca inspirar, generar conciencia, pero también ser memoria pictórica y un tributo a las víctimas del machismo. Por ejemplo, una de sus colaboraciones iniciales representaba a una niña con alas de mariposa aunada a la oración “No más violencia, no más indiferencia”. Dicho mural fue pintado en un paradero de camiones, en honor a una infanta que fue asesinada a manos del conductor de uno de los ya mencionados transportes.
El poder de su trabajo se deja ver incluso antes de que ser concluido: no falta quien les invite un taco, un agua o les muestre su admiración.
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Un mundo mágico sororo
Animalitos misteriosos, cuerpos celestes, mujeres con poderes inexplicables construyen los escenarios “imposibles” de Cristina Maya. Universos que buscan, entre otros fines, el empoderamiento femenino a través de la imaginación y la dulzura.
Cristina es licenciada en Artes Plásticas y lleva 8 años creando murales.
Vive en Edomex, el estado con mayor índice de feminicidios en el país y en Nezahualcóyotl, alcaldía con doble alerta de género.
“Cada vez me enteraba de más casos de violencia en contra de mujeres y cada día eran más cercanos”, explica. La proximidad con esta problemática fue el punto de inflexión que la animó a alzar la voz, o más bien, la pintura.
Su activismo dista mucho del creado en una pantalla alejada de zonas de conflicto, nace en el ojo del huracán, en donde más se necesita. Cristina ha intervenido reclusorios femeninos, refugios para mujeres violentadas y barrios con alto índice de crímenes relacionados con el género. Incluso realizó un mural a unas calles de donde vivía un feminicida serial.
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Frases que despiertan
El trabajo de Alina Kiliwa abre un canal alterno para generar consciencia: el de las palabras. “Una frase tiene menos interpretaciones, hace que el mensaje se trasmita más directo”, comenta.
Alina es licenciada en diseño por la UNAM y ha creado más de 50 murales en distintos estados de la república. Se especializa en la caligrafía artística, sobre todo la enfocada al rotulismo y al arte callejero.
Piensa que la oportunidad de intervenir un espacio público, viene aparejada de una responsabilidad social: apartarse de las tibiezas.
“Es importante tener una postura y manifestarla”.
“Soy consciente de que mi trabajo estará a la vista de toda la gente y de que debo aprovechar ese chance”, explica.
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Arte urbano 8M recién salido de la pintura en aerosol
El último mural de Alina y Cristina forma parte del Distrito de Arte de la Doctores, el cual es una realidad, en gran medida, gracias a la curaduría y gestión del Museo del Juguete Antiguo (MUJAM).
Una infanta rodeada de estrellas y letras de formas curvas en tonos rosados se unen para llevar un mensaje de lucha, demostrando que la belleza, el cariño y las formas sutiles, también son poderosas como la frase que acuñaron: Rabia y Ternura.
¡El arte urbano hecho por morras hoy, 8M, también marcha y grita justicia!
http://www.chilango.com/agenda/arte/el-arte-urbano-que-grita-justicia-en-el-8m/