Bomboti es un proyecto que nace como fruto de 20 años de colaboración interdisciplinaria. Un estudio galería que acoge y muestra el trabajo de creadores artesanos y artistas. La palabra que da origen al nombre de este espacio significa en otomí negro y tierra, esa “que da todos los recursos al proyecto, señala una de sus fundadoras, Regina Galvanduque. Juntos, arquitectos, diseñadores, chefs, escultores, tejedores y artistas, celebran la materialidad, la técnica, la creatividad, en una galería donde sólo hay artistas.
Aquí están mezcladas varias disciplinas y se ofrecen piezas de Oaxaca o Chiapas. “Es un lienzo que muestra el trabajo de nuestros colaboradores y les rinde homenaje”, declara Regina y añade: “Buscamos a personas de cada región para cada proyecto y reducir la huella de carbono. La idea es apoyar a lo local. Así debemos pensar los creativos para ayudar al planeta”. “El espacio tiene tres pisos, a pie de calle encontramos una miscelánea casual que celebra nuestros viajes por México, detalles textiles, de gastronomía, diseño, pequeños objetos, regalos casuales, accesible, es como la tiendita del museo”, señala entusiasmada Galvanduque. “En el primer piso tenemos la tienda galería que es una mezcla de todas estas disciplinas, y rendimos tributo a maestros artesanos, alfareros, los oficios; en la terraza, las plantas y la parte verde con muebles de exterior.
En el tercer piso hay un invernadero, donde habrá pláticas, talleres, diálogo, un espacio para los encuentros”, explica. En este proyecto la columna vertebral es el estudio de Andrés Mier y Terán y Regina Galvanduque MYT +GLVDK, así como su equipo de diseño. Todos ellos hacían diseño industrial, branding y arquitectura, pero faltaba arte; se sumó Pablo Cobo, escultor y curador de arte que ayuda a curar la parte artística de los proyectos. Es una unión que fortalece sus proyectos en cuanto a diseño interior se refiere. En Bomboti hay una amplia variedad de accesorios y objetos como por ejemplo barro negro de Oaxaca, productos de Suculenta, obras de la ceramista Gabriela Flores en arcilla y esmaltados, vinos curados por Brutal, un espacio de vinos de barrio de San Miguel de Allende, además creaciones de Isabel Sánchez, discípula del maestro Francisco Toledo. En Bomboti confluye un grupo de personas muy apasionadas con mucho talento.
Pero su propuesta no se detiene ahí, también hay moda y un taller de costura. La línea de productos de baño está a cargo de Yucatán Senses, con cosmética artesanal muy cuidada. También encontramos “piñas” de Javier Marín pintadas para Bomboti, las cuales conviven con muebles rústicos encontrados en los pueblos. También muebles de concreto y complementos para decorar restaurantes de manera genuina como hicieron con Cocina Abierta o el japonés Ishi-ko en Monte Athos, recién diseñado. Los trabajos de diseñadores industriales conviven con esculturas de Diego Madrazo, que dejó su carrera de abogado por la carpintería.
Otros productos son piezas de una de las mejores fábricas de vidrio, Nouvel Studio, la segunda fábrica de vidrio más grande del mundo y está en la Ciudad de México. Tapetes de Teotitlán del Valle, con el maestro Beto Ruíz, nietos de artesanos herreros, alfareros o carpinteros proponen una nueva mirada a la artesanía ancestral. Taller Coatlicue ya es un sello de prestigio internacional donde eleva el barro a obra de arte; allí se prepara una mesa inspirada en la madera de la ceiba. A Bomboti acuden desde dueños de restaurantes a responsables de residencias y particulares. Finalmente, también hay espacio para el deleite auditivo con el sonido de Margules, quien también está presente en este espacio de excelencia para los cinco sentidos. El lugar cuenta con una acústica excepcional para sentir cómo vibra este gran homenaje al arte, la creatividad y la artesanía que se inspira en la tierra y sus raíces. Un legado de generaciones con aire de vanguardia.
Hegel 232, Col. Polanco
bomboti.com