Día de celebración – Gentleman MX


Etiqueta rigurosa es el dress code que se leía en la invitación formal que llegó a mi bandeja de correo hace poco más de un mes. La casa suiza de alta relojería, Breguet, había elegido el Petit Palais de París para la realización de una espectacular cena, más adelante, durante la velada, nos enteraríamos de que los invitados sumábamos 300 personas. Este imponente espacio fue creado en el siglo XX como parte de los edificios construidos para la Exposición Mundial, y actualmente alberga el Museo de Bellas Artes de la ciudad de París, de ahí la importancia de portar la etiqueta rigurosa.

Pero antes de enfundarnos en el black tie para la celebración y, más aún, conocer los nuevos Type XX, la manufactura Breguet organizó un muy completo programa para sumergirnos y sensibilizarnos sobre sus vínculos con la industria aeronáutica francesa. Nos trasladaron desde el Hotel du Collectinneur, un espacio de estilo Art Deco que se localiza muy cerca del famoso Arco del Triunfo, hasta el Museo del Aire y el Espacio, alrededor de unos 45 minutos de trayecto que tuvo su recompensa apenas pisamos el lugar, que nos recibió con una de las colecciones de aviones más amplias que hayamos visto jamás, y es que, este espacio es considerado el primer museo aeronáutico de la historia.

Cruzamos la sala llamada “De ocho columnas” para llegar al exterior y descubrir un Airbus A380, así como un Boeing 747, uno de los aviones que revolucionó la transportación aérea por su tamaño y velocidad. Asombrados por los aviones expuestos, detuvimos nuestro paso, mientras un guía a lo lejos pedía que avanzáramos, ya que más tarde tendríamos un recorrido por el museo. Llegamos al Hall Concorde, donde se servía un coctellunch, y para nuestra sorpresa, dos aviones supersónicos estaban ahí: el Concorde 001, que fue el prototipo para el avión comercial y el Concorde Sierra Delta, el avión de todos los récords. Pero esperen, lo mejor no era la presencia de los aviones, sino que se podía acceder a ellos. Una vez dentro, descubrimos que en el panel de instrumentos existen dos relojes creados por Breguet, para ser más exactos, el “cronógrafo Breguet n24570 Type 11/1 fabricado en 1981”, según se cita en el libro Breguet: Type XX.

Ya en el recorrido nos encontramos con varios de los aviones firmados por Louis Breguet como el Breguet XIV A2 de 1917, “una aeronave de dos plazas que se utilizaba para pelear contra los escuadrones alemanes”, se lee en la ficha técnica debajo del avión y, así como este pequeño bombardier, el museo muestra otros más que dejan claro el fuerte lazo que la marca tiene con la aeronáutica. Además de reconocer los aviones de principio de siglo, la firma organizó otra exhibición en este museo para mostrarnos la evolución del Type XX desde 1971, que es reconocido como la segunda generación hasta 2022, desde la llegada de la referencia 3810, así como la aparición de nuevos modelos como el Type XXI y el Type XXII, donde en este último, se integró la tecnología de silicio y alta frecuencia de 10 Hz.

También hubo oportunidad para convivir con los relojeros de la manufactura, quienes, de manera apasionada y detallada, compartieron la forma en que se arman los guardatiempos, así como el grabado artesanal y la decoración guilloché que son medulares en el savoir faire relojero de la casa.Pero es momento de comenzar el regreso a nuestro hotel y alistarnos para a la cena que se celebrará en el Petit Palais, donde ya nos esperaba Lionel a Marca, CEO de Breguet, quien estaba en la parte superior de las escaleras que dan acceso al recinto, dando la bienvenida y saludando uno a uno a los invitados.

Ya dentro pudimos degustar algunos cocteles creados para la ocasión, como el llamado Welcome Board, fresco y especiado, con el que recorrimos el peristilo –galería de columnas– del lugar para posteriormente trasladarnos a la Galería Sur donde ubicamos nuestra mesa dispuesta para la cena de cuatro tiempos, cuyo menú fue elaborado por el chef Pierre Sang. Entre el segundo y tercer tiempo, un grupo de violines interpretó algunas melodías que dieron paso a un breve discurso, en francés, del CEO, mismo que fue traducido por Emmanuel Breguet, guardián del patrimonio histórico de la firma. Después de un último brindis y de disfrutar de un “melocotón y té matcha desestructurados con chocolate”, se anunció finalmente la revelación de los nuevos Type XX, ambos en caja de acero en versiones militar y civil, acompañados de un nuevo calibre 728 que, sin duda, son el principio de una nueva historia para la firma Breguet.





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