Llegar a San Miguel de Allende siempre es un camino atractivo y para descubrir el destino qué mejor que hospedarse en el prestigioso Resort Live Aqua, que por su privilegiada ubicación nos permite recorrer sus calles, así como su parroquia, parques, calles estrechas con azoteas floridas y paredes coloridas. El hotel en sí mismo nos sorprende con su grandeza. Una entrada de grandes dimensiones, en pleno centro de la villa, cerca de la presa del Obraje, todo un privilegio.
La escultura de Javier Marín, Cabeza vainilla, preside la llegada, en el interior, mientras que otra obra, La Matatena Colonial de Faroles de Rodrigo Garagarza, también se ubica al centro del hotel, Aquí descubrimos una arquitectura original, terrazas acogedoras y un restaurante que promete alta gastronomía. Al frente está el chef Eduardo Palazuelos que presenta una versión de Zibu, respetuosa con la huerta y los productos de San Miguel, pero sin renunciar a sus platillos emblemáticos de pescados, camarones, pulpos, carnes con influencia de Acapulco, la ciudad que le vio crecer.
En las habitaciones amplias y luminosas, gracias a sus paredes de cristal en los baños y grandes ventanales, disfrutamos una estancia acogedora cinco estrellas. Un detalle, tornamesa y discos de vinilo, música, se ofrece en las habitaciones para los amantes de la nostalgia y la calidad. Grandes espacios, con piezas de arte en cada esquina, el camino a la alberca nos muestra una arquitectura monumental donde se une a la vegetación. Y el espacio para nadar y relajarse es asombroso, por la calma, la presencia de la naturaleza y el diseño, sin duda un gran rincón para relajarse. Un jardín botánico en frente y un servicio de gastronomía cuidado al borde del agua. Mario Canario que ya triunfó en Acapulco, ofrece una propuesta de bebida y gastronomía perfecta para disfrutar bajo el sol. Se ha convertido en un destino favorito para bodas, y aniversarios.
La propuesta gastronómica es muy amplia en el hotel, el Spice Market nos transporta hasta oriente, con sabores de la India, China y Asia, cuidados platillos para una comida oriental o una cena romántica. A la hora de las copas podemos disfrutar del bar Yintony un buen lugar que hace homenaje a la ginebra al terminar el día. Para el chef Eduardo Palazuelos, San Miguel de Allende es un pueblo mágico con mucha fuerza, y gran lugar para vivir, con su paleta de colores y con sabor a México. Zibu Allende surge de un pasado fascinante, del encuentro entre Asia y México a través del Galeón de Manila, un navío cargado de grandes tesoros como sedas, poreclanas, joyas y las tan preciadas especias que han dado realce a la cocina de México y el mundo.
Una inspiración enriquecida con la cocina tai, y los mercados de San Miguel y sus huertas adayacentes que ofrecen producto fresco cada día. El spa es otra de los tesoros que esconde el Live Aqua, haciendo honor a su nombre, Salute Per Aqua. Muy buenas instalaciones para sumergirnos en el descanso. El respaldo de tratamientos de Natura Bissé para cuidar la piel y un buen menú de masajes para nuestro bienestar. Ocho salas de tratamiento, sauna, baño de vapor, piscina, duchas y lugar de recreo y descanso. Un santuario para nuestro cuerpo y nuestros cuidados. Junto al hotel nos esperan sus calles pintorescas, sus tiendas, plazas y parques que hacen de San Miguel de Allende uno de los destinos más bellos del mundo, belleza que se disfruta desde un hotel de alta gama como Live Aqua, que cuida cada momento de la estancia para que disfrutes de tu viaje con los cinco sentidos.