La banda ofreció su último show en el Palacio de los Deportes, entre los alaridos de sus seguidores que no querían este adiós definitivo.
El glam rock sonó a todo lo que da en el Palacio de los Deportes, con el último concierto de Moderatto, al que nombraron “¡Adiós amigos!”, y en el que entregaron toda su energía, vestuario y parafernalia a quienes se dieron cita para formar parte de este cierre del capítulo en su exitosa historia musical.
De gala, con un pajarita y chaleco, aunque sin saco, Jay de la Cueva y el resto de los integrantes de la agrupación, Marcello Lara, Iñaki Vázquez, Javier Ramírez Gómez y Elohim Corona recibieron todo el amor de sus seguidores que no pararon de hacer coros monumentales y gritar que no querían que se fueran.
Una emotiva despedida
Al centro del escenario como dueño de la situación, Jay se plantó y se recargó con los ensordecedores vítores que le dedicaron los miles reunidos, que lo dieron todo al entonar al lado de su ídolo “Zodiaco”, “No podrás”, “Si mi delito”, “Sentimental” y “No hay otra manera”.
“Han sido años hermosos la lado de mis compañeros, difícilmente puedo expresar la gratitud hacia ellos y la familia Moderato, en la que estás tú. Es difícil bajarme de la nave Moderatto, ojalá nos crucemos en el nuevo camino y sigamos compartiendo este ritual. Gracias con todo el corazón, los llevo como un sello en el alma”, dijo Jay.
Para seguir dando forma a la noche sonaron las favoritas “Mil demonios” y “Sálvame”. “Cuando reconocemos la fragilidad y la vulnerabilidad, reconocemos el amor y yo lo hago esta noche, gracias por tanto y tanto amor durante todo este tiempo”, expresó De la Cueva.
La petición constante del líder de Moderatto fue que lo dejaran sentir todo el amor que le profesaban los presentes al proyecto que hoy llegó a su final: “No necesito una cámara, voy a captura este momento para siempre… Esto se queda por siempre en mi memoria, los vínculos permanecen en el corazón y la memoria”.
“Me caes perfecto” y “Nueva sensación” fueron el pretexto perfecto para que Jay le solicitara al Domo de Cobre que hiciera todo el ruido posible y no le falló, los alaridos fueron ensordecedores. “Quisiera que el reloj no marque las horas y tocar esta noche hasta que salga el Sol”, aceptó De la Cueva.
El Palacio de los Deportes se llenó de energía
Jay cuestionó una y otra vez: “¿Que tanta energía tienes México esta anoche para despedirnos, que tanta energía traes?”. La respuesta siempre fue la misma; gritos, bailes y muestras de absoluto cariño, cuando sonaron “Si te vas”, en la que Jay se tomó el tiempo para saludar a la gente al pie de su escenario.
“Entrégate” dio paso al momento en el que baterista de la agrupación Elohim se elevó por los aires y suspendido en lo alto del inmueble los músicos ofrecieron un medley muy ochentero, con referencias curiosamente a Yuri, Kiss, Joan Jett & the Blackhearts, Miguel Bosé y Luis Miguel, entre otros.
Luces robóticas, en azul y rojo, tres pantallas gigantes y la energía de sus covers fueron el deleite para todos este 23 de marzo de 2024, que marcó el final de la era de Moderatto, pero no se fueron sin entregar los éxitos “La llamada de mi ex”, “Quédate en silencio” y la muy celebrada “Amor prohibido”.
“No quiero que termine esta noche, gracias por venir y acompañarnos en esta despedida. Es muy difícil para nosotros decir adiós, gracias por formar parte de nuestra música. Nuestra familia y amigos están acampándonos, mis papás, mi pareja, están todos para despedir al monstruo de cinco cabezas”, gritó De la Cueva.
En la que Jay aceptó que fue “la última noche de Moderatto en el planeta Tierra malditos pecadores. Es muy difícil decirles adiós y como han sido cómplices de tanto tiempo, esta es la mejor noche de nuestras vidas”, sonó entonces la canción original que los encumbró entre millones “Ya lo venía venir”.
Con su varios fans tocando la lira —uno se la llevó a casa— y la bataca en el escenario, De la Cueva recordó que fue entre sueños de reconocimiento como nació Maderatto, hoy con toda la fama se despidieron definitivamente a las 23:26 horas con “Muriendo lento”, “Hechizo de amor”, “Autos, moda y rock and roll” y “Gracias”.
“Gracias por tanto amor, la mejor escuela es la Ciudad de México. Gracias por la inspiración, por dos años de esta gira. ¡Gracias malditos pecadores! Sigan sus sueños. Nosotros nos vamos pero la música se queda para acompañarnos. En lo más profundo todos somos amor y verdad”, expresó Bryan Amadeus.
Cómo el 23 de marzo del 2001, en el Bulldog Café, en su primer concierto, Moderatto le dio todo, dejó tatuado en el corazón de su fandom una velada para recordar siempre. “Si tuviera solo una palabra reservaría la saliva y la energía para expresar esta: ¡Gracias!”. Y la banda se fue, al ritmo de “Don’t Stop Believin’”.
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