La tasa de desempleo se ubicó en enero pasado en el 3%, una cifra mayor al 2.8% de diciembre de 2022 según datos de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), lo que equivale a 1.8 millones de personas económicamente activas que están sin trabajo, de los cuales cerca del 80% son profesionistas.
Según el INEGI, existen en México otros 5.4 millones que no trabajan y dejaron de buscar empleo por falta de oportunidades, pero que están disponibles al mercado para cuando haya una plaza, por lo que la real tasa de desempleo en el país supera el 11%.
Para el INEGI, los estados con más desempleo son: CDMX y Tabasco con el 3.8%, Coahuila 3.6%, Estado de México y Zacatecas con 3.4%, Tlaxcala 3.2%, y Nuevo León con 3.1%. Los estados con menos desempleo son: Oaxaca con 1.4%, Morelos 1.5%, Baja California y Michoacán 1.7%, Campeche y Guerreo con 1.8%, y Nayarit y Yucatán con 1.9%.
El problema de los profesionistas desempleados en nuestro país es un tema que avanza cada año debido a los pocos espacios laborales que se generan en base a la demanda creciente de jóvenes que buscan su desarrollo en el estudio de una profesión.
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Para el distinguido académico, filósofo y sociólogo Manuel Gil Antón, el problema del desempleo entre los profesionistas radica en el modelo de desarrollo de México, centrado en la maquila en lugar de tener como pilar el conocimiento avanzado. «Un modelo de desarrollo que es muy avaro en la generación de empleos o espacios productivos puede tener a todo el país con doctorado y los va a tener desempleados porque no hay donde aplicar esos estudios. Cuando [los estudiantes de educación superior] egresan, lo hacen en un país que ha optado más por las maquiladoras que por llevar a cabo actividades en que se necesite un gran capital intelectual».
Ante este panorama, las universidades mexicanas tienen la obligación de cambiar el perfil de sus planes de estudio a fin de incluir mucha más investigación aplicada a problemas reales, desarrollo de innovación, disrupción y emprendimiento en sus alumnos. Ese modelo de maquiladoras que funcionó para el siglo XX hoy está muy amenazado frente a la automatización y robotización de los procesos de maquila, por lo que el emprendimiento debe ser la base de la enseñanza educativa para mejorar el desarrollo de los profesionistas. Para lograr este proceso, el perfil educativo debe pasar de planes centrados en la memoria, a unos centrados en el pensamiento crítico y analítico que es la base de la creatividad, que con una guía adecuada terminará en el desarrollo de emprendimientos exitosos.
México necesita entender que este siglo será muy retador, y mientras nuestro sistema educativo no esté acorde a las necesidades actuales, seguramente tendremos más desempleo y mucha más pobreza.
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