Por Andrés Díaz Larios, colaborador en Allenza
Durante mucho tiempo me he dedicado a los asuntos públicos, asesorando o implementando acciones concretas. Eso me ha permitido llegar a una conclusión: las empresas que invierten en la relación con el gobierno y con otros actores de la sociedad, siempre han tenido mejores resultados en su negocio.
Pero ¿a qué se refiere exactamente el término asuntos públicos? ¿qué representa tener un área relacionada con asuntos públicos? La primera pregunta se puede responder de manera concreta, son los asuntos donde participamos todas y todos y están regulados por el poder político, es decir: que es el gobierno quien gestiona los recursos, la seguridad, protege los derechos humanos, administra impuestos, hace leyes, entre muchas otras cosas, que es permanente y sin importar la ideología con la que lleguen tienen la obligación de atender todo lo que nos atañe en conjunto.
La segunda pregunta se desprende claramente de la primera, es necesario tener una oficina de asuntos públicos, puesto que el gobierno es un asunto permanente, así como las relaciones de todos los que interactúan en el espacio público. Es por lo que esta oficina, en cualquier empresa, o institución debe:
1. Analizar tendencias y pronósticos políticos y sociales, generando diversos escenarios.
Esto con la finalidad de ayudar a la empresa a anticipar cambios y adaptarse de manera proactiva. Asimismo, conocer el cumplimiento normativo, es decir las regulaciones y reglas a las que una empresa está sujeta.
2. Generar relaciones a nivel local, regional o global.
Según sea el caso con los diferentes grupos de interés y encontrar un equilibrio con la sociedad y el gobierno, basados en un plan de comunicación específica. Con esto se creará una buena reputación con lo que se que se conoce como stakeholders (partes interesadas): clientes, reguladores, medios de comunicación y comunidad en general.
3. Influenciar
Como lo dice Joan Narro de Llorente y Cuenca, “la influencia es uno de los activos intangibles de las empresas, al igual que el resto de sus activos, es necesario que se gestione, se planifique y se contabilice para poder generar beneficios en la compañía y en su entorno” es por lo que se debe incluir la estrategia, particularmente en la de los asuntos públicos y con ello defender intereses legítimos.
4. Interactuar
El contacto continuo y directo que provea de información sólida -verificable y transparente- a las personas que toman decisiones las cuales deben de estar informadas, con ello pueden tomar una decisión más justa e informada. El exministro español Jordi Sevilla, lo dice muy claro “a veces el interés general, es la suma de muchos intereses particulares” (se puede revisar el artículo que ya publicamos de cabildeo)
5. Valor a largo plazo, que es el objetivo final
Una oficina de asuntos públicos ya que puede ayudar a establecer y mantener una ventaja competitiva a largo plazo y alinear sus intereses con los objetivos de la empresa si cumple con todos los planteamientos hechos arriba.
El trabajo de una oficina de asuntos públicos puede ser tan bueno y eficiente como lo sean los profesionales que las conforman. Sin embargo, de una cosa no hay duda, todos los actores que intervienen en la cuestión publica deben de pugnar porque se tenga un gobierno abierto, es decir, que sea altamente participativo, colaborativo y que sea capaz de interactuar con todas las partes que conforman la comunidad, sin descartar a nadie por considerar que no sirve a sus intereses.
En resumen, una oficina de asuntos públicos es esencial para gestionar de manera efectiva la relación de una empresa con su entorno, lo que a su vez contribuye a su éxito a largo plazo. Esto implica tanto la gestión de la reputación y la comunicación como la influencia en la formulación de políticas y el cumplimiento normativo.
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