Adriana Barraza y Kaarlo Isaacs nos cuentan por qué ver El último vagón, peli que se estrenó vía streaming este viernes 26 de mayo.
Todos hemos conocido algún maestro o maestra que nos ha marcado de alguna forma en la vida y es precisamente de eso de lo que trata El último vagón.
La cinta protagonizada por Adriana Barraza y el pequeño Kaarlo Isaacs nos muestra una historia muy linda y entrañable acerca de la amistad que se crea entre una maestra y sus alumnos.
Asimismo, retrata diferentes aristas de lo que es la docencia y subraya la importancia que tiene en el crecimiento y desarrollo de los pequeños alumnos.
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¿De qué va ‘El último vagón’?
El último vagón cuenta la historia de Ikal, un morrito que vive en un ferrocarril que viaja por todo el país, ya que su papá, Tomás, trabaja en la reparación y construcción de las vías del tren.
Esta forma de vida hace que la familia no pueda permanecer por mucho tiempo en un lugar y, por lo tanto, Ikal no pueda hacer conexiones con amigos. Pero esto cambia en una de sus paradas cuando conoce a Chico, Valeria, Tuerto, Quetzal -un perrito callejero- y, por supuesto, la maestra Georgina.
Mucho aprendizaje dentro y fuera de la historia
En entrevista con los protagonistas de esta bellísima historia, nos contaron sus percepciones después de rodar El último vagón.
Para el pequeño Kaarlo fue una experiencia única en la que quedó impresionado no solo por el rodaje, sino por los lugares de México que logró conocer.
“Muy, muy bonita, hermosa. Cada escena que grabamos siempre decía: ‘¡qué bonita escena!’, y pues me di cuenta que era toda la película. Vimos una cascada en Veracruz, Filobobos, hermosa. Vimos paisajes hermosos, visitamos lugares que al menos yo no pensaría visitar si no fuera actor. Si me dijeras que la describiera con una palabra: Magnífica”.
En esta cinta Ikal conoce a Quetzal, un perrito callejero al que termina adoptando y que en la vida real le dio a Kaarlo una gran experiencia de aprendizaje.
Si bien en la mayoría del rodaje se divirtió, hubo una escena con el perrito en la que la frustración le ganó, pero gracias a eso recibió de Adriana Barraza uno de los consejos más chidos y que asegura nunca olvidará.
“Estaban cortando metal, sacando chispas, y eso a él (Quetzal) le asustaba. Yo tenía que traer a Quetzal, lo tuve que agarrar con hilo para que no se vea, pero el hilo es muy chiquito y obviamente calaba (en la mano). Y en un momento de frustración que me decían ‘¡Agárralo fuerte!’, tiré en llanto. Y entonces Adriana Barraza me dio un consejo: ‘Cuando te vengan esas emociones que no van ahorita, hay empezar a sumar en la cabeza, a hacer multiplicaciones’ ¡Y vaya que funcionó! Me distraje y después pude agarrar bien a Quetzal y ya salió bien bonita la escena. Y que sepas, Adriana Barraza, que ese consejo lo voy a llevar todo mi carrera”.
‘El último vagón’ es también un homenaje a la docencia
Por su parte, Adriana asegura que grabar El último vagón fue un flechazo a su corazón, pues le hizo recordar a una maestra que tuvo y en la que se inspiró para su papel como Georgina.
“Me encantó, de verdad que es un personaje muy entrañable, es un personaje amoroso, y sobre todo que así como cuando yo lo leí me acordé de mis maestros, me acordé de mi Seño Lolita de la primaria, de verdad espero que los espectadores se acuerden de un maestro”, nos contó la actriz nominada al Oscar por su participación en Babel (2006).
Sin duda, El último vagón es una película con la que todos los chilangos se pueden sentir identificados, pues también toca temas tomo la pertenencia, la familia y la amistad.
El último vagón ya está disponible en la plataforma de streaming Netflix, así que es perfecta para que te la eches este fin de semana.
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