Abrió recientemente un restaurante en Madrid por la nostalgia del paladar y abrió su corazón al mundo del cine, la música y el arte que le recibe con cariño y admiración. Sueña con volver pronto a un escenario de teatro, pero ahora se divide entre Los Ángeles, México, Madrid y Buenos Aires, su escenario es el mundo. Después del éxito de La casa de las flores, en Netflix, su vida pegó un giro con proyectos en todo el planeta.
¿Cómo te has adaptado entre España y México, donde el cine y la televisión cada vez están más hermanados?
España es un país muy generoso, que nos ha abrazado y acogido de una forma inesperada. Y es verdad que, aunque compartimos historia, idiomas, cine y muchas cosas más, cada país tiene su sentir. Ir descubriendo la filigrana de éste ha sido y es una experiencia maravillosa.
¿Qué proyectos tienes que te llevan a un lado y otro del océano?
Están aún por cerrarse, pero en estos 4 años ese balance ha sido muy armónico y natural.
Una de tus pasiones es la gastronomía, ahora la mejor chef del mundo es mexicana, Elena Reygadas, y tú tienes una aventura gourmet en Madrid. Cuéntanos del restaurante Acá entre nos.
Elena tiene muy merecido ese reconocimiento, lo que ha logrado en tiempo récord es asombroso. Acá Entre Nos es pura melancolía gastronómica, por eso existe, para no extrañar la comida mexa. Las enchiladas suizas (sí, ‘suizas’, ya sé, típica contradicción mexicana) son espectaculares.
Como embajadora de la iniciativa Spotlight, en la defensa de los derechos de colectivos vulnerables ¿Cuáles son los logros y los retos pendientes en la lucha contra la violencia de género?
Son tantos aún que resulta imposible enumerarlos todos. Partamos de que el marco jurídico tiene que modificarse y fortalecerse. Y la educación también. Tanto la ONU como la sociedad civil están tomando un papel protagonista.
¿Cómo podemos impulsar todavía más estas iniciativas?
Informándonos, leyendo, conociendo iniciativas y nuestros derechos, exigiendo, no siendo parte de la normativa patriarcal.
En los premios Platino se habló del papel de los actores latinos en el universo del cine, en especial en Hollywood. ¿Crees que está cambiando?
Aún falta muchísimo. El público latino es el mayor consumidor del mercado estadounidense, su representación aún está muy por debajo del número de consumidores. Más allá de que las historias sobre lo que es ser latina/o siguen estando muy lejos de una real comprensión de lo que eso es.
¿Sigues de cerca el mundo del teatro que también te apasiona?
Trato de que así sea. Sigue siendo lo que más disfruto y al que más anhelo volver. Otra de tus pasiones es la moda. Acaban de publicar el libro dos de tus cómplices.
¿Cómo vives la moda?
Disfruto colaborar con Juan de Dios y Alberto es siempre un gusto. La pasamos rebién. Es un juego y nos entendemos muy bien.
¿Dónde te sientes más cómoda en el drama, la comedia o ambas?
Me siento cómoda cambiando, no me gusta quedarme en el mismo sitio. Es importante para mí desplazarme, moverme, entrar a nuevos terrenos.
¿Cambiar el mundo a través del cine?
Creo que el cine o las artes en general lo que formulan son preguntas. Te hacen pensar, te hacen replantear tu propia perspectiva de las cosas. Con suerte despierta conciencias y ahí uno que otro cambiará el rumbo.
¿Qué te seduce de México y España?
Es muy difícil ser puntual en lo que me seduce de cada una. La primera es mi patria, mi hogar. Raíz. La segunda me ha adoptado. Me ha abierto los brazos y me ha tratado con suavidad. Poco más se puede pedir de dos pedazos de tierra bellos a rabiar.
