En México, y algunos otros países, el 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, una festividad que tiene como objetivo principal honrar a los seres queridos que han fallecido y que sirve como antesala del Día de los Muertos. Por este motivo, durante esta fecha, en todo el país comienzan los festejos alrededor de los difuntos.
El Papa Bonifacio IV instituyó el 13 de mayo como Día de Todos los Santos en el 609, para honrar a los protectores de la Iglesia, pero también para contrarrestar el paganismo, y se consagró en este día la Iglesia de Santa María de los Mártires, antiguo panteon romano.
Sin embargo, cambió de fecha debido a que durante el mes de mayo no había suficientes recursos para abastecer a los peregrinos que visitaban la Iglesia en Roma, por lo que el Papa Gregorio III, entre el año 731 y 741 decidió que la festividad se celebrará en noviembre; mientras que el Papa Gregorio IV fijó el 1 de noviembre como la fecha oficial.
¿Qué se conmemora en el Día de Todos los Santos?
Cuando el Papa Gregorio IV decidió instaurar el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, se eligió la fecha para que coincidiera con la festividad celta de Samhain (ahora conocida como halloween), celebrada el 31 de octubre y considerada pagana por la iglesia católica.
El Samhain era una fiesta en la que se marcaba el paso del otoño al invierno, y en la que se creía que los difuntos regresaban a la tierra para convivir con los vivos. Sin embargo, la Iglesia Católica celebra en esta fecha a todos los santos que no fueron canonizados.
Así pues, en muchos países en el 1 de noviembre veneran las reliquias de los mártires y santos; mientras que en México, en el siglo XIX, los pobladores usaban esta fecha para visitar las reliquias de los bienaventurados que en ellos se veneran. Además, en esta fecha se limpiaban y arreglaban los sepulcros como preparación para el Día de los Difuntos.
¿Por qué el 1 de noviembre es el día de los muertos pequeños?
Aunque en el calendario litúrgico el Día de Todos los Santos sirve para la conmemoración de los mártires y santos de la iglesia, actualmente en México esta fecha es el “día de los muertos pequeños”; mientras que el Día de los Fieles Difuntos es el “día de los muertos mayores”.
De esta manera, durante el 1 de noviembre la tradición mexicana dicta que los niños que fallecieron llegan a la tierra a visitar a sus familiares con vida. Por este motivo, las ofrendas y altares de muertos que se preparan en esta fecha incluyen elementos que reconfortan a las almas infantiles como juguetes, golosinas, flores y otros objetos que disfrutaban en vida.
Según la Secretaría de Cultura, en la época prehispánica había dos fiestas dedicadas al cuelto a los muertos: Miccailhuitontli, o Fiesta de los Muertecitos, que se conmemoraba en el mes de agosto; y la Fiesta Grande de los Muertos, celebrada en octubre.
Tras la Conquista, los pueblos indígenas comenzaron a colocar sus ofrendas durante el día de Todos Los Santos y el Día de los Difuntos, poniendo ofrendas para los niños muertos el 1 de noviembre, disimulando que celebraban su festividad.
Así pues, actualmente se recuperó esta tradición indígena y se fusionó con la festividad católica, haciendo de la celebración de Todos los Santos una oportunidad para recordar a los niños que fallecieron.