Aguinaldo de 30 días ¿Una carga más para los patrones?


Por Juventino Romero

El aguinaldo como prestación laboral tiene sus raíces en las tradiciones romanas, donde se otorgaban regalos a las personas dependientes como un gesto de ofrenda en honor al nacimiento del dios Júpiter. Con la llegada del cristianismo, esta tradición se sustituyó para conmemorar el nacimiento de Cristo.

En México, es interesante destacar que inicialmente, el pago del aguinaldo no era una obligación para los patrones. Fue hasta la Ley Federal de Trabajo de 1970 en donde se estableció el derecho de los trabajadores a recibir un aguinaldo anual, que debe equivaler al menos a 15 días de salario, pagadero hasta antes del 20 de diciembre de cada año. Hasta el día de hoy, es decir, hace más de 52 años, esta cifra no ha experimentado ninguna modificación en cuanto a la cantidad de días de salario que deban pagarse, esto en lo que refiere a los trabajadores cuyas relaciones obrero-patronales se encuentran reguladas por la Ley Federal del Trabajo. 

Es relevante señalar que, en otras relaciones de trabajo, reguladas por distintas legislaciones laborales, los trabajadores pueden recibir 20, 30, 40, 60 o más días de aguinaldo, como es el caso de los gobiernos estatales y el federal, así como los trabajadores de los Poderes Judiciales Estatales y el federal.

El 15 de agosto de 2023 el Diputado Manuel de Jesús Baldenebro Arredondo del partido de MORENA, presentó una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo en la que propone aumentar el aguinaldo de los trabajadores a 30 días de salario. 

Desde la perspectiva de los trabajadores, no cabe duda de que esta iniciativa es verdaderamente beneficiosa. Sin embargo, al explorarla surgen una serie de preguntas que nos llevan a reflexionar sobre los posibles impactos para los patrones. 

Por ejemplo: 

  1. ¿Será necesario que los empleadores cuenten con un presupuesto adicional para solventar el pago del aumento del aguinaldo?
  2. ¿Este incentivo podría realmente traducirse en un incremento en la productividad de los trabajadores?
  3. ¿Cómo afectaría a los contratos colectivos de trabajo que ya pactaron una prestación de aguinaldo con 30 días de salario o más? ¿Aumentarán aún más el aguinaldo?
  4. ¿Los empleadores tendrán que aumentar sus costos para solventar el pago de este aumento en el aguinaldo?
  5. ¿Los patrones deberán reducir su personal ante tal aumento de prestaciones?
  6. Si el aguinaldo integra el salario base cotización ante en IMSS, ¿el patrón pagará mayores cantidades por concepto de cuotas obrero-patronales?

Estas interrogantes son solo la punta del iceberg en cuanto a las cuestiones que rodean esta iniciativa. En ocasiones, las recientes propuestas laborales pasan por alto estos cuestionamientos, a pesar de su innegable impacto en los ámbitos económico, laboral y empresarial. Es crucial que abordemos estos interrogantes con seriedad y consideración, ya que el éxito de esta reforma dependerá de un análisis y planificación exhaustiva.

Juventino Romero es Licenciado en derecho por la UNAM. Desde hace 42 años es Abogado Litigante y Asesor de materia en Materia Laboral Individual y Colectiva de diversas empresas de las áreas comercial, de servicios y toda clase de industrias. Integrante de Allenza.

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