Más allá de lo superlativo


No hay duda  de que la primera marca de relojes que viene a la mente es Rolex, sí, Hans Wilsdorf, su creador, nunca se equivocó en nombrar a su firma de esta manera. Pero más allá de la palabra Rolex, existe un mundo en el que día a día se superan los límites impuestos y donde la precisión, impermeabilidad, autonomía, robustez, simplicidad, artesanía, comodidad y durabilidad son llevadas a un terreno superlativo que queda claro en cada pieza que producen y que ofrece beneficios a quien los usa.

Para entender a profundidad la visión superlativa de la alta relojería de Rolex, vale la pena recordar que para garantizar el rendimiento de un reloj, una vez que este se ha montado en su totalidad, se realizan controles meticulosos y constantes en cada etapa de los procesos, es decir, desde la creación de la pieza al montaje final. De ahí que la firma con sede en Suiza, muestre en la carátula de sus piezas el sello “Superlative” mismo que se acompaña de un sello verde y una garantía internacional por cinco años, algo que muy pocas firmas del segmento son capaces de ofrecer.

El poseer piezas superlativas ha sido un camino de perfeccionamiento. Por ejemplo, los relojes de la firma en los años 30 se acompañaban de la inscripción “Chronometer” y más adelante el nombre evolucionó a “Officially Certified Chronometer”. Así, aproximadamente unos 20 años más tarde, en 2015, según registros de la firma, Rolex refuerza sus criterios en los estándares de excelencia que siempre había tenido y deciden llamarlo “Superlative Chronometer Officially Certified”. Así cada guardatiempos indica que se han superado los estándares más exigentes que reflejan los avances técnicos de la marca y el excelente rendimiento, características que se aplican a todas las piezas y que cubre desde la precisión cronométrica hasta la hermeticidad, la cuerda automática y la reserva de marcha.

Como lo mencionamos, el término “superlativo” se expresa en ocho cualidades fundamentales que un reloj Rolex debe tener. Una de ellas es la precisión, que desde 1910 llevó a la firma a que una de sus piezas fuera de las primeras en poseer la certificación de precisión cronométrica de una entidad oficial suiza. Mientras que en el terreno de la hermeticidad, fue en 1926 cuando llegó el reloj Oyster, considerado el primero de pulsera hermético del mundo y que a lo largo de los años les ha permitido que todas las piezas de la colección Oyster Perpetual sean herméticas hasta una profundidad de 100 metros. En tanto, otras piezas de submarinismo permiten llegar a los 300 metros como el Submariner, 1220 metros para el Sea-Dweller y más recientemente 3,900 metros para el Rolex Deepsea.

Otra importante cualidad es la autonomía que Rolex revolucionó en 1931 con la invención del sistema de cuerda automática por rotor, al que bautizó con el nombre de Perpetual, un importante desarrollo que continúa sus evoluciones hasta nuestros días y permite que la autonomía de los movimientos de la marca se extienda hasta las 72 horas, cuando no se llevan puestos. Robustez, sencillez, artesanía, comodidad y durabilidad son las restantes cualidades que Hans Wilsdorf consideró esenciales para desarrollar en los relojes de la marca, todas ellas con la única intención de ofrecer un objeto único, preciso y bello, sí, un Rolex.

AL EXTREMO

En los laboratorios de Rolex los relojes se someten a pruebas extenuantes en máquinas especialmente diseñadas, entre ellas la de sacudir el reloj sin descanso. Otra que abre y cierra los broches sin parar. También hay una que los empapa de cloro y sal; una que los rocía de arena, otra que los calienta y, por último, una que los congela.

Premier certificat de classe « A » de l’Observatoire de Kew, en Angleterre, délivré le 15 juillet 1914 à une montre-bracelet Rolex.





https://www.gentleman.excelsior.com.mx/mas-alla-de-lo-superlativo/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=mas-alla-de-lo-superlativo