Nacido en Hoboken, New Jersey, en 1915. Murió hace 25 años en Los Ángeles. Crooner, luchador, seductor, su nombre es una leyenda universal. Un fenómeno sin precedentes en el mundo de la música, su voz elegante se alzaba por encima de todos los instrumentos y sonaba rumbo a la gloria. El éxito le trajo a Ava Gardner, las drogas, el alcohol y la mafia.
Fue un antecedente de las grandes leyendas de la música, como nunca se había visto, un fenómeno sin fronteras, anterior a Elvis Presley o The Beatles. A los 28 años ya ganaba un millón de dólares al año con un contrato con Columbia Records. De Aquí a la eternidad fue su estreno de lujo en mundo del cine, con el que ganó un Oscar en 1953, después vendrían más premios, más galardones, grabó cerca de dos mil canciones y rodo unas 50 películas.
Hijo de emigrantes italianos, puso voz al sueño americano. Su padre era siciliano, boxeador que trabajaba de bombero y entendía que cantar era propio de amanerados. Con Dean Martin, y Sammy Davis Jr., Frank formó el “Rat Pack”, los chicos malos de Hollywood. Nancy Barbato fue su primera mujer, por la que abandonó el barrio, después llegó su gran amor, Ava Gardner, en 1951 se casaron, con luna de miel en La Habana. El matrimonio se mantuvo dos años, pero la pasión duró más, lo cuenta la misma actriz en sus memorias: “podíamos estar en diferentes ciudades, en diferentes países, pero nunca estábamos separados y de vez en cuando Frank me llamaría a Madrid, Londres o Roma donde quiera que estuviese y diría: Ava intentémoslo de nuevo y yo diría vale, y lo dejaría todo”. Sinatra le llevó flores hasta el día de su muerte. Tras ella siguieron más estrellas con glamour como Lauren Bacall. El escándalo fue con Mia Farrow con la que se llevaba 30 años, él 51, ella 21. Finalmente se casó con Barbara Marx, exesposa de Zeppo Marx.
Un rostro tallado con cicatrices, así lo definía el crítico Fernández Santos que le vio por las tabernas de Madrid. Lo mismo pegaba a un fotógrafo que a alguno de sus ayudantes. “Con un vaso bourbon en la mano y un cigarro en la otra estaba de pie en un ángulo oscuro del bar”, así lo visualizaba Gay Talese en su artículo: Sinatra tiene un resfriado. “Frank Sinatra tenía un resfriado. Sinatra con catarro es como Picasso sin colores o un Ferrari sin gasolina, sólo que peor” y “puede sacudir la economía nacional”, concluía Talese.
Amigo del mafioso como Lucky Luciano le fue a ver a La Habana y a Sicilia. Sinatra participó en la penetración de la Mafia en La Habana en tiempos de Batista y luego, tras la victoria de Castro, en la reconversión del negocio en Las Vegas. Apuestas y negocios oscuros. Él siempre lo negó, pero sus lazos con el submundo criminal italiano fueron publicados en His Way, la biografía no autorizada que escribió Kitty Kelley,
Sin duda, con sus luces y sombras, como su silueta sobre el escenario, su voz no se apagará. Strangers in the night, New York New York, o My Way seguirán sonando para las nuevas generaciones o la única de sus canciones tocada en la iglesia en su funeral, Put Your Dreams Away, la pieza con la que habitualmente cerraba sus conciertos.
