Por: José Ángel García López, responsable de Capital Humano de Aceves Spirits
En ocasiones, nos preguntamos qué podemos hacer para liderar nuestros equipos, o dirigir nuestras empresas hacia el éxito. La ciencia moderna ha conseguido desvelar las claves para lograrlo y no son otras que la aplicación de las neurociencias, de la mano de la inteligencia emocional.
El neuromanagement es un enfoque holístico para la dirección de equipos y empresas, enfocado en las denominadas soft skills, pero, especialmente, en el cerebro y el estudio neuronal como parte integrante del mismo.
La máquina compleja que es el cerebro gobierna todo en nuestras empresas. Las operaciones, la motivación, las ventas, todo está íntimamente relacionado con el conocimiento que podamos adquirir sobre las neurociencias.
¿Qué nos motiva? ¿Cómo conseguir crecimiento para nuestros objetivos? ¿De qué manera convencer a nuestros clientes?
La suma de los conocimientos sobre neurofisiología y la psicología moderna, la inteligencia emocional o el coaching para el desarrollo de nuestros colaboradores son la llave más esencial para alcanzar el desarrollo corporativo.
El neuromanagement funciona como elemento vertebrador en las organizaciones. Es un potente motivador y coadyuvante en la gestión del cambio y las crisis, además de un potenciador en la cohesión de los equipos y el cimiento perfecto para las relaciones interpersonales.
Conocer el funcionamiento de nuestro cerebro nos ayuda a comprender los porqués. Esa es la puerta hacia los cómo. Es por eso que los verdaderos líderes del siglo XXI serán poseedores de la gestión del neuroliderazgo (o simplemente no podrán liderar a sus equipos y personas en los entornos complejos).
La solución del neuromanagement no es sencilla, pero sí es simple. Pasa por definir esa nueva habilidad y los estudios científicos al respecto como primordiales dentro de cualquier organización que pretenda mantener su actividad por un largo periodo de tiempo, en unos tiempos que son absolutamente líquidos, en palabras del filósofo Zygmunt Bauman.
Somo lo que pensamos y vivimos en el mundo que creamos con constructos mentales. La realidad empresarial es un mundo totalmente subjetivo, pero la verdad de los mercados es otra cosa: casi siempre vive alejada de la cotidianeidad de las decisiones directivas que tomamos.
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La opinión más importante ya no es la del director general de una compañía, sino las decisiones emocionales y neuronales de cada uno de nuestros clientes.
Es por eso que debemos integrar en la ecuación de nuestras decisiones y nuestra gestión por procesos el proceso mental que utilizan los clientes para decidir, así como el sendero emocional que toman como referencia nuestros colaboradores para elegirnos a nosotros (y no el trabajar para otra empresa).
El neuromanagement tiene entonces dos vertientes: aumentar la rentabilidad de nuestro negocio, que incrementa las ventas y ayuda a mantener nuestros clientes, así como ser una herramienta de fidelización interna de nuestros equipos y empleados.
Ha llegado el momento de incluir en la ecuación del éxito de las empresas la clave esencial de los negocios: el concepto neuronal en la toma de decisiones.
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