Delia Bello, analista del Servicio Sismológico Nacional, aclaró los mitos y verdades sobre los sismos en CDMX.
La experiencia le dice a todo mexicano que en septiembre tiembla más que en ningún otro momento del año y que en este mes se registran los movimientos telúricos más intensos. Pero ¿son estas verdades o mitos sobre los sismos?
La respuesta la tienen quienes cuentan con todos los datos sobre los temblores en México y viven los sismos de una forma totalmente distinta al resto de la población: los sismólogos.
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¿Qué hacen los sismólogos cuando tiembla?
A diferencia de la mayoría de la gente, cuando tiembla los sismólogos no pueden evacuar el edificio donde se encuentran para ponerse a salvo.
“No podemos evacuar porquelos primeros segundos son de vital importancia para hacer los cálculos y enviar la información a las instancias correspondientes, sobre todo a protección civil”, explica a Chilango Delia Bello, analista del Servicio Sismológico Nacional.
Ubicado en Ciudad Universitaria, el Sismológico cuenta con estaciones en todo el país equipadas con sismómetros, acelerómetros y equipos de GPS para detectar los sismos, medir la velocidad y aceleración de las ondas mecánicas, así como determinar la ubicación donde se producen los movimientos.
Con base en esta información, las y los analistas como Delia no solo determinan la magnitud de los sismos, sino que además permiten que se alerte a la población sobre posibles riesgos:
“Si tenemos un sismo en la zona de la costa es importante mandar la ubicación al Centro de alerta de Tsunamis para que calculen cuál es el oleaje que se puede tener y si hay un potencial riesgo”, explica. “Debemos de conservar la calma y aun sintiendo el movimiento tenemos que descargar esta información, calcular la magnitud y enviarla lo más pronto posible”.
Verdades y mitos sobre los sismos en CDMX
El Servicio Sismológico Nacional cuenta con mediciones de décadas de sismos en México. Por ello, preguntamos a Delia Bello si algunas de las afirmaciones más comunes acerca de los sismos don verdad o mito. Esto es lo que nos dijo.
¿Es verdad que tiembla más en septiembre?
“De acuerdo a los últimos registros históricos, hay dos meses donde coincide que hay más actividad sísmica: uno sería septiembre y el otro diciembre“, reconoce la experta.
Sin embargo, también matiza diciendo que la diferencia respecto a otros meses no es tan significativa, sobre todo considerando que estos registros abarcan décadas; es decir, periodos de tiempo microscópicos comparados con la edad de la Tierra:
“No podemos asegurar ni negar que en unas décadas cambie el mes en que se da más actividad sísmica. Por el momento, es lo que sabemos estadísticamente. Pero estas cifras pueden cambiar”.
¿Son más fuertes los sismos en septiembre?
Respecto a la intensidad de los movimientos telúricos registrados en septiembre, como el de 1985 o el de 2017, Delia apunta que, efectivamente, “los sismos de mayor magnitud se han dado en estos periodos”.
No obstante, también explica que la intensidad con la que los percibimos depende mucho de las zonas donde se encuentre el epicentro. Por ejemplo, Chiapas y Oaxaca es la zona donde se producen más temblores al año. Sin embargo, por la cercanía, en CDMX, “los que sentimos con mayor fuerza son los de Guerrero”.
Sismos oscilatorios y trepidatorios son mitos
De hecho, otro de los mitos más comunes sobre los sismos tiene que ver con la distancia entre el epicentro y el punto en donde nos encontramos al percibir el sismo.
“Ni trepidatorio ni oscilatorio son términos de la sismología. Son términos más coloquiales, no existen como tal”, explica.
Se suele decir que un sismo es trepidatorio cuando percibimos el movimiento como una agitación de arriba hacia abajo. En cambio, se le llamamos oscilatorio cuando sentimos una especie de movimiento lateral.
En realidad, lo que ocurre es que en las zonas más cercanas al epicentro se percibe el ‘brinco’ de la zona de ruptura, pero la sensación es distinta en partes lejanas al epientro:
“Cuando se genera un sismo, se generan ondas mecánicas. Se propagan distintas ondas por el interior y la superficie de la Tierra. Cuando estamos muy cerca del epicentro podemos sentir esta especie de brinco y si nos alejamos más podemos sentirlo como un tipo de oscilaciones”.
¿En qué parte de CDMX se sienten más fuerte los sismos?
En el mismo sentido, Delia explica que la intensidad con la que se puede sentir un sismo en CDMX tiene que ver con la distancia respecto al epicentro.
No obstante, sí hay zonas en que, por el tipo de suelo, pudiera parecer que las ondas mecánicas se amplifican. Tal es el caso del Centro Histórico, la Colonia Roma y la zona del Aeropuerto:
“Los aztecas se asentaron en la zona del lago y los españoles siguieron urbanizando. Con el paso de los siglos la Ciudad de México se convirtió en esta megametrópoli y quedamos justo sobre el lago. Estas zonas, que corresponden a la zona Centro, el Aeropuerto, inclusive la Roma, se encuentran dentro de estas zonas del lago donde, además de que se sienten más los sismos, presentan hundimientos”.
Otras zonas donde los movimientos se sienten con intensidad es en el oriente de la CDMX, en alcaldías como Xochimilco o Tláhuac:
“Hay zonas en el oriente de la ciudad que están asentadas sobre la zona del lago. Es un suelo arcilloso. En realidad ya no hay agua, pero lo que quedó es este suelo lacustre o suelo arcilloso que parecería como si se tratara de una gelatina. Llegan las ondas sísmicas, se amplifican sobre estas zonas y pueden llegar a percibirse con mayor intensidad”.
Microsismos provocados por multitudes, uno de los mitos sobre los sismos en CDMX
Finalmente, preguntamos a Delia Bello sobre el tema de los microsismos en CDMX. Al respecto, la experta explicó que la diferencia entre un sismo y un microsismo no solo es la intensidad con la que se percibe, sino también el tamaño de la ruptura que se genera en la Tierra:
“Cuando tenemos un sismo, en realidad no es un punto el que se rompe; son áreas de ruptura. Si tenemos sismos pequeños, las áreas serán de algunos cuantos metros. Pero hablar de áreas de una magnitud superior a 2, ya estamos hablando de cientos de kilómetros. Hay sismos de magnitud 7 que rompen 120 por 50 kilómetros”.
Sobre la afirmación común de que grandes multitudes saltando o explosiones pueden llegar a producir sismos, Delia explicó que este es uno más de los mitos en torno a los sismos.
En efecto, este tipo de multitudes pueden producir movimientos que detectan los instrumentos de medición. Sin embargo, de ningún modo se trata de un sismo, pues no es provocado por una ruptura:
“Tenemos el caso de un partido de pumas donde se colocaron sensores dentro del estadio de CU y los sensores registraron efectivamente el movimiento de las personas brincando […] Cuando estamos en una gran concentración de personas, podemos ver esos registros. Inclusive se puede ver el movimiento del tráfico. Pero esto no está relacionado con la actividad sísmica”.
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